domingo, 7 de mayo de 2017

Morante, banderillero de antaño

Muchas veces habrán escuchado que Morante de La Puebla ha resucitado en su toreo la tauromaquia añeja y ciertamente, parte de su genialidad está en haber sabido rescatar detalles perdidos e introducirlos en su tauromaquia para enriquecerla aún más.
El Maestro es un gran estudioso del toreo antiguo y con ello hago alusión al del siglo XIX y sobre todo la primera parte del XX. Solo con lo que me viene ahora mismo a la memoria, podemos recordar detalles como el recibir al toro a una mano, las antiquísimas tijerillas que también en alguna ocasión ha realizado, su toreo a dos manos que tiene tan tremendo sabor ya lo realice por alto, por bajo e incluso sobre las piernas, las medias verónicas y los molinetes abelmontados, abaniqueos, tocaduras de pitón como alarde... También recordamos detalles más puntuales como el de tomar una silla para torear como hacía el mismísimo Rafael "El Gallo" o el secarse el sudor con el pañuelo de la chaquetilla con el toro delante como hiciese Joselito "El Gallo".
Por supuesto, no hay nada más antiguo ni a la vez más nuevo y por tanto eterno que hacer el toreo clásico, el toreo profundo, el toreo puro e imprimiéndole gran sentimiento, estética, compás, temple e improvisación, siendo por ello por lo que verdaderamente es una gran figura del toreo. Sin embargo, todos esos detalles que el Maestro rescata no hacen sino enriquecer aún más sus obras, pues además todo lo que se le haga a un toro con verdad, sentimiento y torería tiene cabida e importancia.
Rafael El Gallo citando para banderillear.
(foto tomada del blog La Razón Incorpórea)
Esta resurrección de lo antiguo en su toreo, está patente también en su personalidad para poner las banderillas y con ello no me refiero a su estilo rehiletero (que también) sino a lo esporádico de sus tercios.
También en esto tiene José Antonio mucho de antaño, pues antiguamente, el noventa por ciento de los matadores eran también banderilleros, sin embargo, muy pocos eran grandes maestros de este tercio. 
La regla no escrita estipulaba que cuando un matador cogía los palos, más aún si no era un gran especialista en esta suerte, era para dar a entender al público su gran disposición y/o las posibilidades de faena grande que veía en las condiciones del toro. Por tanto, que esto ocurriese era algo extraordinario y sorprendía al público.
Sin embargo, la gran mayoría de los matadores, aunque no fuesen grandes rehileteros, se defendían en esta suerte, pues era habitual que entre los compañeros de terna se invitasen a compartir tercio.
Morante y Padilla "juegan" con un toro de Gavira en Jerez en 2010.
Hogaño, vemos contados matadores que son grandiosos especialistas en el tercio de banderillas como son por excelencia El Fandi, Antonio Ferrera, Juan José Padilla o Manuel Escribano. Sin embargo, es rarísima la vez que no han cubierto el tercio, pues por ejemplo, Fandila, en sus 17 años de matador de toros, únicamente se ha dejado sin banderillear dos toros y por una lesión. Sin embargo, y a pesar de que este gran espectáculo es uno de los alicientes por el que el público va a verles, el hacerlo siempre les resta capacidad de sorpresa y es más, les obliga a hacerlo todas las tardes, incluso a aquel toro que no ofrece posibilidad alguna para hacerlo con lucimiento.
Par por los adentros de Joselito El Gallo.
Por otro lado, vemos a la gran mayoría de matadores, que no solo no ponen banderillas, sino que, salvo "El Juli" que dejó de colocarlas y Talavante o Perera que las han colocado en una sola ocasión como sorpresa, no tienen noción alguna en este difícil tercio. ¿Qué les ocurriría si alguna vez les invitasen a compartir tercio? Al igual que existe la competencia en quites, ahora que se demanda mayor rivalidad, ¿se imaginan lo que sería ver a dos figuras máximas compartiendo tercio de banderillas? Eso, que en la tauromaquia antigua era muy habitual, por desgracia, lo hemos ido perdiendo hasta hoy.
Morante en Las Ventas en el año 2007. Aquella corrida, en la estoqueó en solitario, colocó tres grandiosos pares al sexto de la tarde.

Quizá sea Morante ese único torero que, ni es un verdadero especialista en el tercio ni un absoluto desconocedor, sino un rehiletero seguro y también artista y conocedor de las máximas de esta suerte, la cual nos la tiene guardada en su repertorio para sorprendernos en cualquier momento.
Recordemos, como pequeño ejemplo, cuando nos regaló tercios de banderillas en El Puerto de Santa María en 2006 con un toro de Núñez del Cuvillo, en Jerez en 2010 a un toro de Gavira e invitado por Padilla, en Alicante el mismo año a un toro de Juan Pedro Domecq invitado por Esplá o en la Goyesca de Ronda de 2012 cuando estoqueó la corrida en solitario.
Apariciones esporádicas sí, pero si las repasamos han sido muchas y muy buenas. La última el pasado jueves de farolillos en La Maestranza, al toro "Ropalimpia" de Núñez del Cuvillo.
En esa ocasión el Maestro nos volvió a sorprender y también nos hizo ver que, con o sin intención, hasta en eso tiene inspiración en antaño, pues, como dijese el propio Morante: "mi arte no me pertenece."
 
Mario García Santos (@mario_garsan)

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